El Harem del Emperador - 14.5. La aprendiz de Maid 5
– Cierra la boca Marie podrías comerte un insecto.
– °o°
Me había quedado petrificada del asombro al ver la academia con mis propios ojos. Madre ya me había dicho que la capital imperial era un mundo completamente diferente, pero lo que veía con mis propios ojos excedía por completo mi imaginación.
Me pellizque la mejilla tan duro como podía soportar solo para verificar que no me encontraba soñando. En incluso entonces no pude evitar sentir que me encontraba dentro de algún sueño.
El carruaje se había detenido frente la entrada de lo que yo solo podía describir como un palacio.
– ¿Está es la academia?
Aún incrédula pregunté mientras descendíamos del carruaje. La directora me vio de reojo antes de soltar un suspiro y comenzar a caminar a la entrada sin voltear a verme.
– Para ser exactos, la academia solo ocupa el ala este. Ya lo veras por ti misma así que andando.
Con la noche ya sobre mi cabeza seguí a la directora.
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Apenas llegué a la academia, fui introducida por la directora a la instructora en jefe de mi grupo.
– Escuché de Miss Claudia que tendríamos a una cadete uniéndose a mitad de curso, pero nunca pensé que se tratara de un brote tan verde como tú.
La instructora era una Maid bastante mayor, cuyo cabello se había vuelto completamente gris por la edad. Ella tenía un rostro severo y una presencia bastante intimidante.
– ¡Presta atención! Mi nombre es Clarisa Von Guerin. Y será mejor que te grabes bien ese nombre en tu cabeza, por qué durante los próximos 5 meses seré tu peor pesadilla.
– ¡¿Ehhh?!
Ante las inesperadas palabras de la instructora, no pude evitar hacer una voz tonta mientras me encogía de miedo.
– Desde hoy solo hablaras cuando yo te diga, además la primera y la última cosa que quiero oír salir de tu boca es Señora ¿Quedó claro cadete?
– Señora si señora.
– ¡¡¡No te oí cadete, habla más fuerte!!!
–¡¡Señora sí señora!!
– Muy bien, ahora recoje tu bolso y sígueme a los dormitorios. Mañana te espero un entrenamiento especial el triple de duro para ponerte al corriente con el resto de la clase.
– “…”
– ¿Qué esperabas, una bienvenida con te y galletitas? Está es la prestigiosa academia de Maids Vald. Si logras por algún milagro completar tu entrenamiento, te convertirás en una Maid imperial en pleno derecho. Pero si no tienes suficientes agallas o simplemente extrañas mucho a tu mami, siempre puedes recoger tu maleta y marcharte por dónde viniste.
–“…”
– Aquí se entrenan Maids Imperiales, este no es un lugar para descansar y hacer amigas ¡Así que mueve tu trasero en este instante recluta!
– ¡Señora sí señora!
Con lágrimas en los ojos acompañé a la instructora Clarisa hasta los dormitorios dónde fui presentada a mis compañeras antes de instalarme.
– ¡Atención reclutas! Les presento a su nueva compañera, ella se estará uniendo a mitad de curso debido a varias razones. Pero no piensen que por eso ella sufrirá menos que el resto. Yo personalmente me encargaré de templarla apartir de mañana para que no arrastre al resto del grupo.
– Hola, mi nombre es Marie Rondon Lizber. Me da mucho gusto conocerlas.
Con piernas temblorosas me presenté ante la mirada de mis compañeras. Todas ellas eran chicas bastante hermosas y me sentí presionada bajo sus miradas.
– Cadete Marie puedes tomar aquella cama. Desempaca tus cosas e instálate rápido, pronto será la hora del baño. Aquí se pagan las luces a las 9 y nos levantamos a las 4, así que procura descansar está noche.
Después de terminar mi introducción por parte de la instructora, me uní al grupo 4B.
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Mis primeros tres meses dentro de la academia, fueron los momentos más duros de mi vida. Fiel a su palabra la instructora Clarisa, me impuso un curso especial de “nivelación” para qué logrará ponerme al corriente con el resto del grupo.
“Lo primero que aprenderás aquí será lo más básico de lo básico. Moverte, actuar, comer, dormir e incluso respirar. Todo tendrás que hacerlo según los estándares de una Maid. Para cuando el curso terminé tu cuerpo habrá sido remodelado al estado basé necesario para comenzar la verdadera formación.”
Ojalá esas palabras hubieran sido mentira. Cada noche que llegaba a mi cama, con mi cuerpo hecho pedazos y muerta de agotamiento.
Para mí sorpresa la condición física también era un requisito necesario para la formación. De mañana a noche, fui obligada a cumplir con una rutina de ejercicios ridícula por decir menos.
Según las palabras de la instructora el conocer tus propios límites te ayuda a superarlos, lo cual es un requisito fundamental para una buena Maid, quién tiene que buscar superar sus límites día a día.
De alguna forma me las arreglé para completar los cursos de nivelación al mismo tiempo que tomaba clases con el resto del grupo.
Para mí sorpresa una Maid no sólo es una asistente en el ámbito doméstico, también tiene que serlo en lo profesional.
Contabilidad, administración, notaría y lista seguía y seguía. Fueron esas todas las áreas en qué también debíamos tener formación. Incluso con solo la introducción a todas esas disciplinas yo tenía la cabeza al borde del sobrecalentamiento.
Muchas veces la idea de rendirme paso por mi cabeza, pero cada vez que eso sucedía, el recordar los rostros de mis padres que sacrificaron tanto por mi me daba fuerzas para continuar un día a la vez.
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Pasado los cuatro meses yo por fin había logrado aclimatarme, no solo eso, por fin había logrado alcanzar al grupo y ponerme al corriente.
Afuera las primeras nevadas convertían los jardines en blancos campos, y yo casi tenía dominadas todas las enseñanzas de la instructora Clarisa a excepción de una.
– ¡¡Kyaaa!! * ¡Bam! *
– ¡¡¡Cadete!!! ¡¿Cómo diablos te las arreglas para tropezar con tus propios pies siempre?!
– ¡¡Lo siento, lo siento. Perdóname!!
– ¡¡¡¡Ponte de pie en este mismo instante y lleva la bandeja a la mesa!!! ¡¡¡¡Ahora!!!!
Rápidamente recojo la charola del suelo y me pongo de pie, pero apenas logro dar tres pasos el desastre se repite.
– ¡¡Kyaa!! * Rodar * Rodar * ¡¡Bam!! *
Está vez caigo de frente y ruedo por el suelo hasta terminar chocando contra la pared. Apenas todo deja de dar vueltas termino viendo a la instructora de cabeza… O mejor dicho yo termino de cabeza apoyada contra la pared.
El resto de mis compañeras parecen apenas poder contener sus risas, mientras una vena en la frente de la instructora Clarisa parece estar apunto de explotar.
Yo apenas puedo contener mis lágrimas ante el regaño que estoy apunto de recibir.
–¡No lo hago a propósito * sollozó * créame por favor!
Después de esa desastrosa clase, nos dirigimos al comedor para la hora del almuerzo. Fue durante el trayecto qué dos compañeras de mi grupo, se acercaron a hablar conmigo.
– Hi hi hi. Hoy estoy muy agradecida contigo Marie. Tu torpeza me hizo ganar 200 Darios fáciles.
La primera chica que se me acercó tenía un esponjoso cabello color avellana que llegaba hasta sus hombros. Su nombre era Linda pero a diferencia de su nombre, su personalidad y su risa eran irritantes. Ella siempre suele organizar apuestas de todo tipo entre las chicas, si bien varias veces a sido atrapada y castigada, ella no parece aprender la lección.
– Me alegra no aver apostado en está ocasión. * Suspiró * ¿Enserio cuántas son las posibilidades de que alguien se tropiece 8 veces en el mismo lugar?
La segunda chica tiene un cabello verde ocre que llega hasta la mitad de su espalda. Ella tiene una personalidad pesimista y siempre se encuentra suspirando por alguna razón. Su nombre es Trena y su cama se encuentra a la izquierda de la mía, así que inevitablemente terminamos hablando todas las noches antes de dormir.
Ambas chicas tienen 14 años como el resto del grupo, lo cual me vuelve a mí la más joven. Sin embargo he visto chicas aún más jóvenes que yo en otros grupos e incluso en cursos más avanzados.
– Ustedes chicas son bastante crueles.
Haciendo un puchero les recrimino sus palabras a ambas.
– Hi hi hi hi. Lo siento, pero los negocios son negocios. ¿Que tal si te invito un poco de mi almuerzo? Las niñas pequeñas como tú necesitan nutrientes extra para crecer.
Mientras dice eso Linda saca su pecho el cuál es el más grande dentro del grupo. Tengo que apretar los dientes para contener el impulso de abofetear ese par de monstruosidades. ¡Estoy completamente segura que en dos años tendré los míos!
– * Suspiro * Deja de molestar de esa manera a Marie. Estoy segura que te ganarás el resintiendo de más de una si sigues presumiendo.
Trena advierte a Linda mientras se percata de las miradas resentidas de otras compañeras al lado. Yo no soy la única del grupo que aún se encuentra en crecimiento, y por increíble que suene no soy la más plana del grupo.
– Está bien, está bien yo sólo….
– Marie tienes un momento.
Ante la repentina voz que me llama desde atrás me detengo y me giró para ver. Ahí parada a medio corredor se encuentra la directora llamándome.
– Te diriges al comedor ¿Verdad? Entonces que te parece si almorzamos juntas mientras tenemos una charla?
Ante las inesperadas palabras de la directora, tartamudeo antes de buscar ayuda a mi alrededor, pero en algún momento todas las chicas que se encontraban en el pasillo han desaparecido misteriosamente.
–¡¿Ehh?! ¡Chicas! ¿Alguien?
Mientras entró en pánico por la repentina ¿desaparición? La directora me ignora magníficamente y continúa.
– Tomaré eso como un sí. Adelante sígueme, el tiempo del almuerzo se va volando cuando menos te das cuenta.
Sin más salida sigo a la directora atreves de los pasillos.
<POV>
–¿Ya se fueron?
Escucho a Trena susurrar en mi oído mientras me asomo al corredor desde la puerta entre abierta.
– Si acaban de dar la vuelta en la esquina.
– * Suspiro * Gracias a los dioses la puerta de este salón no tenía llave.
Ambas abandonamos el salón donde nos ocultamos y vemos atreves del pasillo a otras chicas hacer lo mismo. Incluso hubo algunas que usaron magia de ilusión para ocultarse a simple vista.
– La directora si que da miedo * Temblar *
– Concuerdo
Todas las chicas en la academia saben lo terrible que es la directora Vald con sus castigos. Ella no muestra su cara a menudo, pero las pocas veces que lo hace es sinónimo de que va a correr sangre.
– ¿Porque crees que haya venido por Marie?
– No lo sé, pero rezaré porque Marie no sufra mucho.
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– Debo admitir que no pensé que llegarías tan lejos.
Me encontraba almorzando junto a la directora en su oficina cuando de repente suelta un comentario.
– Más de la mitad de las reclutas suelen tirar la toalla los primeros dos meses. Solo el 30% llega a la mitad de su entrenamiento y sólo un 20% logra terminar. ¿Sabes cuántas logran obtener su certificación oficial como Maid imperial?
Agitó la cabeza en negación mientras masticó. Ante lo cual la directora levanta la mano mostrando su dedos.
– Solo el 5%.
Ante la abrumadora verdad que ya conocía no pude evitar sentirme inquieta.
– Tu madre me puso al tanto de tus circunstancias en la carta que me envió, dime ¿Es tan malo ese hombre?
Comprendiendo lo que quiere decir la directora agito la cabeza en afirmación.
– Tienes mis sinceras condolencias.
Después de ese comentario ella tomó el tenedor y con refinados movimientos llevo la comida a su boca, masticando antes de limpiar sus labios con una servilleta y continuar.
– Conociendo a tu madre, ella no te envío con el plan en mente de convertirte en una Maid. Seguramente ella te dijo que apuntaras a los nobles voluntarios de las pruebas prácticas. ¿Estoy en lo correcto?
Tiemblo bajo la mirada afilada de la directora.
– * Suspiro * No tienes que preocuparte, para bien o para mal todos los años hay algunas chicas que vienen con el mismo plan. Normalmente las emparejamos con nobles que se ofrecen como voluntarios para satisfacer algún fetiche. Así ganan las chicas y la escuela recibe un donativo extra.
* Coff * Coff * Coff *
Ante la impactante revelación termino ahogándome con la comida.
– Permíteme advertirte que esa si bien puede ser una salida “fácil” no es la más feliz. Todos esos tipos suelen cargar con muchos y muy diversos fetiches. Y como sabrás, una amante no puede negarse a nada o perdería su posición.
Mientras bebo un vaso de agua escucho atentamente las palabras de la directora.
– Te recomiendo no precipitarte en tu elección, puede que parezca que te encuentras entre la espada y la pared. Pero te puedo asegurar que hay alternativas. Incluso convertirte en una Maid no está fuera de tu alcance.
Tras escuchar las palabras de la directora me quedé pensando un momento mientras veía el vaso en mis manos.
– Dígame directora ¿Porque pocas chicas logran ser certificadas a pesar de terminar el entrenamiento?
Ante mi pregunta la directora responde sin inmutarse.
– No logran responder el examen final de manera apropiada.
Ante está nueva información inclinado la cabeza hacia un lado de manera contemplativa mientras cruzó los brazos.
– ¿Puedo saber de qué trata el examen?
La directora me miró con ojos afilados unos segundos antes de volver a su plato.
– Es un examen oral con una sola pregunta y está es ¿Que es para ti una Maid?
Me quedo en silencio mientras miro a la directora comer antes de abrir la boca.
– ¡¿Ehh?! Pero si esa es una pregunta fácil. Una Maid es la encarnación de un ideal, entregar tu vida al servicio leal e incondicional a otra persona. Eso es una Maid.
Ante mis palabras la directora se limpia la boca con su servilleta antes de revelar una sonrisa.
– Tenía un tiempo que no escuchaba esa respuesta ¿Dime Marie y tú crees que eres capaz de alcanzar ese ideal?
Ante su pregunta, yo respondo seriamente con el contenido de mi propio corazón.
– No lo sé. Pero es justo porque no cualquiera puede hacerlo, que las Maids son tan admirables.
Ante mi respuesta la directora me muestra una sonrisa aún más profunda, mientras su mirada se vuelve cálida.
– Ya veo. Entonces espero que te esfuerces de aquí en adelante pequeña Marie.
Después de eso terminamos de almorzar y la directora me despidió sin más.
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El tiempo se fue volando sin darme cuenta. El invierno llegó a su fin y nuestro grupo termino la formación “básica” y entraba de lleno en la verdadera formación.
Aparte de la etiqueta de la corte también se agregaron otras clases como cocina (nivel gourmet), enfermería, magia (nivel medio), equitación, combate (con armas y sin ellas) y finalmente supervivencia.
La lista era aún más larga pero solo mencioné la más importantes. Según nuestra nueva instructora una Maid debe está preparada y debidamente capacitada para afrontar cada posible contingencia.
Desde la gestión del hogar hasta el campo de batalla, una buena Maid siempre debía ser un pilar en el que su maestro pueda apoyarse cuando lo necesite.
También fue al principio de está verdadera capacitación que recibimos nuestros uniformes oficiales de aprendices. Cada uniforme fue hecho a la media y no era solo para lucir bonita.
“El uniforme de una Maid es más que una simple prenda. Es una segunda piel y una armadura, así como un símbolo de su identidad.”
La instructora Mili explicó que cada uniforme era un objeto mágico que podía anular la magia nivel aprendiz y absorber parte de los efectos de hechizos de mayor nivel. También ofrecía la misma protección que una armadura de acero de nivel superior contra daños físicos.
Pero lo que realmente me sorprendió fue incorporación de un hechizo de limpieza y otro de control de temperatura.
¡Realmente sorprendente, un uniforme que se auto limpia con sólo vertir mana en el! ¡Y encima es fresco en verano y cálido en invierno! ¡¡Es el milagro más sorprendente que la magia a logrado frente mis ojos!!