Egao de Maryoku Charge Mugen no Maryoku de Isekai Saisei - 49. Castigar a la escoria
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- 49. Castigar a la escoria
Dentro de la ciudad de Ribek en un nuevo edificio construido con urgencia.
Era una ‘Prisión’ que costaba 50.000 de magia. Hice dos de ellos y arrojé a los soldados del ejército de Maxim que habíamos capturado.
Ahora estaba recibiendo un informe de Yuria sobre la situación.
—Hemos capturado 274 en total, son todos los que estaban heridos leves. Por lo tanto, debemos asignar una mayor cantidad de guardias para ellos.
—Solo los suficientes para asegurar que no escapen. También déjalos comer cuando lo necesiten… pushinee debería ser suficiente.
—Entendido.
Yuria me llevó a dar una vuelta por la prisión. Los hombres de Maxim me observaban atentamente.
Sus ojos parecían preguntarse qué les haría ahora que estaban presos.
No tenía más planes para ellos por ahora, así que dejémoslos.
Tras salir de la primera prisión entramos en la segunda.
Podía oler la sangre.
La prisión anterior tenía ese olor, pero aquí era mucho más fuerte.
Fruncí las cejas mientras Yuria me informaba.
—Todos aquí están gravemente heridos. Algunos de ellos están probablemente en estado crítico.
—Dales panacea a todos, no sería bueno que murieran.
—¿No sería bueno?
—No, no lo sería.
—Entendido.
Yuria asintió y se dispuso a preparar la panacea.
Salió corriendo de la prisión y yo la despedí. Di otra vuelta por la prisión.
Esperaba el mismo trato de los prisioneros de aquí, pero estos tuvieron una reacción diferente.
Quizá porque están muy heridos, todos me miraban con ojos que parecían pedir ayuda.
Sabía que Yuria traería la panacea y los salvaría más tarde, así que simplemente caminé y los miré.
Mis pies se detuvieron de repente, dentro de la prisión había un hombre que reconocí y que estaba tumbado.
—Jahn……
Era el hombre que me había aconsejado entregarme a Maxim.
Estaba tumbado sin fuerzas con la mitad izquierda de su cuerpo cubierta de sangre.
—Bas…tardo……
Parece que está consciente. Estaba tumbado, exhausto, mirándome fijamente.
Me preocupaba un poco que muriera, así que entré en la prisión.
Saqué una panacea de mi bolsa personal y se la di a beber.
La panacea que había hecho con magia y la DORECA era extremadamente eficaz. Su excesiva hemorragia se detuvo de inmediato y el dolor pareció remitir.
Jahn se levantó.
Se miró el brazo con incredulidad y lo movió.
Parecía que no podía creer que estuviera curado.
—¿Estás bien ahora? ¿Todavía te duele?
—No. ¿Qué es eso?
—Medicina.
No era necesario explicarlo más que eso, así que lo dejé así.
Ahora, había algo que necesitaba preguntarle a Jahn.
—Fuu, realmente lo entiendes?
Antes de que tuviera la oportunidad de preguntar, Jahn abrió la boca y dijo con una sonrisa burlona.
—¿Yo… lo entiendo?
—Sí, que sería malo que me dejaras morir. Ya sabes, soy uno de los ayudantes cercanos de Maxim-sama. Soy uno de los Cuatro Reyes Celestiales. Alto mando por así decirlo. Si muero entonces estarías en un aprieto.
—……
¿Era un miembro de los altos mandos?
—Bueno, a la luz de todo esto serás perdonado por como me trataste antes.
—Perdonado…huh…
—Bueno, de todos modos, dame algo de comida y bebida. Especialmente alcohol. Dame la mejor bebida de esta ciudad.
—Tendrás comida más tarde, la bebida es imposible. Ni siquiera tenemos.
Bueno, en realidad podríamos tener algo…
Recientemente nuestro comercio ha estado floreciendo, así que debido a eso podríamos tener algo en alguna parte.
Pero yo no había traído ninguna y él no parece entender su posición.
—Che, no se puede evitar. Ni siquiera entiendo lo que Maxim-sama vio en este lugar.
Jahn maldijo.
Se había enfadado.
Jahn se levantó y caminó para salir por la puerta abierta de la celda.
Se movió con tanta naturalidad que llegué un poco tarde para detenerlo.
Cuando fui a detenerlo, de repente dejó de moverse y se volvió hacia mí.
—Eso es, tráeme una mujer.
—¿Mujer?
—Sí, mujeres. Tráeme cinco por ahora. Todas vírgenes, ¿entendido?
—Bueno, ……
—¿Dónde? Tu mansión estará bien. Llévalos allí, estaré esperando así que date prisa.
Dijo y comenzó a salir de la celda como si fuera el dueño del lugar.
Yo estaba absolutamente estupefacto y un poco harto… le agarré del hombro y le arrastré de nuevo dentro.
—¿Qué haces?
—Eres un prisionero, así que sé obediente y siéntate aquí en tu celda.
—¿Eh?
—Tendrás tres comidas al día y una manta si hace frío.
—¿Estás loco? ¿En serio me vas a encerrar aquí?
—Por supuesto, eres un prisionero.
—¡Ha! Parece que no lo entiendes después de todo.
Jahn se rió desdeñosamente. Me pregunto qué creerá que no entiendo.
—Ya te habrás enfrentado a él una vez… pero eso no durará demasiado. ¿Entiendes? El poder de Maxim-sama no es sólo para mostrar, es aterrador, ¿ves? Una vez que se quiebre, no hay forma de saber lo que hará.
—Así que es ese tipo de hombre…
—Así es. Así que si uno de sus Cuatro Reyes fuera tratado tan rudamente después de nombrarse a sí mismo… enloquecería. Si eso pasa, no va a ser bonito, ¿ves? Pasaría de controlar esta ciudad a quemarla hasta los cimientos.
—……
—Bueno… creo que no sólo la quemaría. Reuniría a todos en la ciudad y los masacraría.
—……
—Así que haz lo mejor que puedas para entretenerme. Tu tratamiento determinará lo que te pase.
—……
—Fuu…
Jahn resopló con aire engreído y victorioso.
Parece que decidió que no contestaba porque tenía miedo.
—Maestro.
Risha se acercó a la prisión desde el exterior.
Llevaba una montaña de panacea en los brazos mientras corría hacia allí.
—Lo siento por la espera Maestro. He traído la panacea. No hay suficiente así que Yuria está haciendo el resto.
—Ya veo. Dásela a los heridos más graves.
—¡Ok!
Risha comenzó a moverse siguiendo mis órdenes.
—¿Esa es tu esclava verdad?
—¿Hm? Sí.
—No se puede evitar… me conformaré con eso. Tienes otras dos esclavas, ¿verdad? Tráelos también.
—……Que estas tratando de decir…
—¿Estás bromeando verdad?
Jahn me miró con el ceño fruncido.
……estaba enfadado.
—Te dije que me trajeras mujeres, ¿no? Es muy difícil encontrarlas en tan poco tiempo, ¿verdad? Así que me conformaré con tus tres esclavas.
—¿Mis… esclavas?
—Sí. En realidad no quiero tocar esclavas eternas, pero en este caso me encargaré de…
Mi mano se movió antes de que fuera consciente de lo enfadado que estaba.
La Espada Eterna voló de su vaina y arrancó la cabeza de Jahn de sus hombros.
Su cabeza voló de sus hombros mientras sus labios se abrían y cerraban un par de veces más.
Su cabeza aún tenía esa sonrisa orgullosa. Me molestó tanto que di un paso adelante y partí su cabeza sin cuerpo por la mitad.
Después de partirla por la mitad, sus labios dejaron de moverse y un segundo después su cuerpo se desplomó en el suelo.
Aun así, mi irritación no había desaparecido del todo. Pero..,
-La magia se ha cargado en 50.000-
Me di la vuelta y vi a Mira de pie, sonrojada e inquieta.
Tenía el brazo lleno de panacea, igual que Risha. Parece que ella había traído el resto y había visto toda la escena.
—Maestro? ¿Qué ha pasado aquí?
Dijo Risha desde fuera de la celda mientras miraba conmocionada.
—¿Qué ha pasado Mira?
—Umm…bueno…
Mira comenzó a explicarle a Risha.
—Risha.
La interrumpí.
—¡Sí!
Risha me miró un poco temerosa.
—Necesito que me prestes tu poder
Dije y toqué la joya roja para absorberla.
Usé la espada esclava de llamas y quemé el cuerpo de Jahn hasta convertirlo en nada.
Finalmente eso calmó mi rabia.